«¿Quién te da más miedo (…) un dios o un mortal con el poder de un dios? (…) Un dios no puede morir. Así que no tiene miedo. Pero los hombres mortales… (…) Cuánto miedo les da que llegue la oscuridad. Cuán horriblemente lucharán para permanecer en la luz».
Mañana Azul
«Y yo me pregunto (…) si al planeta no le importará que lastimemos su superficie o saqueemos su botín, porque sabe que nosotros, criaturas estúpidas y cálidas, no somo siquiera un suspiro en su vida cósmica. Hemos crecido y nos hemos expandido, y también nos arrasaremos y moriremos. Y cuando lo único que quede de nosotros sean nuestros monumentos de acero e ídolos de plástico, sus vientos susurrarán, sus arenas se moverán, y el planeta seguirá dando vueltas y más vueltas hasta olvidar a los simios osados y lampiños que pensaron que se merecían la inmortalidad».